También conocido como pez Dorado o Carassius, este hermoso pececillo de
largas aletas y nado lento, que alguna vez fuera el deleite exclusivo de
emperadores, es una de las primeras especies cultivadas por el hombre.
Es originario de China, donde comenzó a criarse en el año 600
aproximadamente. El Carassius original, criado en China, en nada se
asemeja a las variedades que hoy podemos contemplar; siendo aquel de
cola simple, color pardo a bronce y de gran tamaño, que incluso se
utilizaba para la alimentación humana. En el año 1571 llega a Japón y
ahí se realiza una estricta selección que deriva en las vistosas
variedades actuales.
Son, junto con las carpas, los habitantes más populares de estanques,
fuentes y jardines públicos. En las culturas asiáticas, son símbolo de
abundancia, prosperidad y para atraer dinero. El proceso de selección de
ejemplares ha logrado numerosas variedades morfológicas y cromáticas,
algunas de gran colorido y belleza, muy diferentes de la especie
original. Este es uno de los peces más populares y comercializados en el
sector de la acuariofilia en nuestro país. Algunos de ellos son
reproducidos en México, aunque un buen número sigue llegando de Asia.
Características del hábitat: originario de regiones subtropicales, donde la temperatura oscila entre 14 y 22°C, es considerado un pez de agua fría;
es decir, no requerirá calefacción. El agua tendrá un pH entre 6.8 a 7.
Es un gran consumidor de oxígeno. Los Carassius son muy susceptibles al
contenido de cloro, que les produce inflamación de las branquias. Por
esta razón, será necesario aplicar anticloro o acondicionadores de agua,
además de una fuerte aireación; esto también aplica al efectuar cambios
de agua o reposiciones de la que se evapore.
El Acuario Ideal: debe ser, cuando menos, de 100 litros
para mantener de cuatro a seis peces adultos (10 a 15 cm de largo
corporal, aunque algunos miden hasta 20 cm) en excelentes condiciones.
La regla de un litro por cada centímetro de largo del cuerpo del pez,
deberá cambiarse por la de dos litros de agua por cada centímetro de longitud. La imagen de la pecera esférica que nos presentaban en la película Pinocho,
es lo más alejado de las condiciones adecuadas, ya que no sólo es
insuficiente el espacio para que pueda moverse o incluso respirar, sino
que es prácticamente imposible adaptarle el equipo necesario y darle
mantenimiento. Nunca tengas un acuario sobre poblado, tarde o temprano
los dolores de cabeza llegarán.
Filtración: la colocación de un filtro que mantenga
limpia el agua es de imperiosa necesidad debido a la cantidad de
detritus aportados por los Carassius y a la tendencia de remover el
fondo en busca de alimentos, lo que la enturbia notablemente. Utiliza un
filtro de plataforma y con tu sifón lava-gravas realiza cambios
semanales aspirando del fondo la mayor suciedad. Si tu presupuesto lo
permite, instala un filtro externo de cascada y enjuágalo semanalmente.
Si puedes comprar uno que esté sobrado, ellos lo agradecerán y tu
estarás contento de no dar mantenimiento tan frecuente a la pecera. El
tanque lucirá siempre transparente si aplicas unas gotas de Accuclear,
producto que compacta la materia orgánica disuelta, permitiendo a tus
filtros extraerla con eficiencia y dejando el acuario cristalino, listo
para la inspección del juez más exigente.
Aireación: lo más recomendable es una cabeza de poder,
es silenciosa y potente y proveerá de movimiento constante para que el
agua esté oxigenada. Nunca desconectes ni la cabeza ni los filtros, en
particular a la hora de comer que es cuando mayor suministro de oxígeno
requiere. También podrás instalar cortinas de burbujas alimentadas por una bomba de aire, decorarán la pecera con una cascada de burbujas. ¡Ah!, no olvides tener a la mano una bomba de baterías, en caso de que falle la luz, hará la diferencia entre la vida y la muerte de tus peces.
La temperatura: ideal del acuario para Goldfish oscila
entre 15 y 22ºC. Si se rebasan estos límites, los peces sufren
aceleración en su metabolismo, los verás hiperactivos, comerán y
defecarán excesivamente y su longevidad (podría llegar a los 30 años) se
verá mermada. En aguas demasiado frías, permanecerá casi todo el tiempo
en el fondo debido al enfriamiento de su vejiga natatoria y a la
disminución de su metabolismo, lo que le hará caer en un letargo.
Decoración: podrás decorar con gravilla de 3.5 mm de
grosor; puede ser natural o de colores; utiliza pequeñas piedras de río.
El sustrato deberá tener una profundidad de entre cinco y 10 cm pues su
pasatiempo favorito es excavar. Si no hay la profundidad suficiente,
tus adornos de plástico y plantas estarán flotando cuando regreses a
casa. Evita las arenas demasiado finas y las gravillas de bordes filosos
pues les encanta hurgar en el fondo y remover todo el sedimento que
allí se deposita. Ingerirán la arena demasiado fina y esta se acumulará
en su estómago ocasionándoles la muerte. Los bordes filosos podrían
lastimar su hocico y originar infecciones por hongos. Las gravillas de
color oscuro resaltan el colorido de las variedades de color rojo,
dorado o blanco, pero evítalas si tus peces obscuros.
Plantas: para decorar la pecera podrás también utilizar
plantas naturales o artificiales. Si son naturales, opta por aquellas
de hojas resistentes y duras ya que los japoneses son fanáticos de
éstas. Deben poseer raíces y las más recomendables son la Vallisneria,
Echinodorus y Saggitaria. Altérnalas con otras que tu pez pueda ingerir
como las Elodeas, Cabombas y en general, plantas de hojas blandas. La
plantación del acuario no debe ser tan saturada que impida que los peces
naden con soltura.
Iluminación: el japonés requiere mucha luz para que
puedas disfrutar de sus suaves movimientos y colorido; también para
ayudar a que las plantas naturales se repongan de los mordiscos que
recibirán. Utiliza una lámpara con tapa; generalmente las medidas de
ésta hacen juego con la pecera y vienen equipada con focos fluorescentes
tipo gro-lux que acentúan el colorido natural
de tus peces y fomentan el desarrollo de las plantas acuáticas. La luz
que emiten es más rosadita que la típica luz blanca de oficina.
Alimentación: puedes usar alimentos de marcas
prestigiadas en hojuelas o pellets, balanceados para cubrir sus
necesidades, a diferencia de los alimentos para peces tropicales (que
viven en aguas templadas) tienen menores cantidades de proteínas y
grasas. Los alimentos en hojuelas son recomendables para las primeras
etapas y los podrás alternar con los pellets más pequeños, en forma de
chochitos. Conforme crezca tu amigo deberás incrementar el tamaño de las
bolitas para que no se le dificulte consumirlo, hasta llegar incluso a
los churritos. Complementa con alimento vivo de manera ocasional, usa
las artemias y evita a toda costa la lombriz "tubifex" que es demasiado
grasosa y rica en proteínas, ya que pueden echarse a perder en su
sistema digestivo antes de acabar de procesarla.
Estos peces son fanáticos de los vegetales y si no quieres ver a tus
preciosas plantas devoradas, suministra espinacas o lechuga que pueden
ser ligeramente cocidas; sujétalas con un clip (lo conseguirás en un
acuario) y fíjalas con la ventosa al cristal del acuario, después de
cinco minutos retira el sobrante. Esto es muy importante porque son
peces que suelen adolecer en la dieta de complementos de origen vegetal,
lo que los conduce a que sufran todo tipo de enfermedades. Los peces
japonés son muy glotones y siempre estarán deseosos de un bocadillo,
incluso hay clientes que me comentan: "No se que le pasa a mi Goldfish,
está echado en el fondo de la pecera, nada con dificultad o esta con la
panza hacia arriba". El 99% de las veces es un pez sobre alimentado y la
única solución es controlar su alimentación. No se morirá si se queda
algunos días sin comer y cuando esté recuperado, dale sólo lo que pueda
consumir en cinco minutos dos veces al día, pero con reloj en mano. Es
la única manera de no excederse.
Compatibilidad: la regla número uno, No mezclar
Goldfish (peces de agua fría) con peces tropicales (de agua templada o
cálida). Regla número dos, nunca los introduzcas en acuarios tropicales.
La tercera: Los Goldfish son nadadores lentos pues sus largas aletas y
colas les impiden un avance hidrodinámico y ágil. Evita cualquier pez
que pueda molestar sus aletas y colas, son una verdadera e irresistible
tentación para algunos. Puedes ponerlos con algunos peces gato de la
familia corydora o tener un hermoso acuario de puros japoneses:
aprovecha la gran diversidad de colores, de tipos de ojos, de cabezas,
de escamas, de colas.
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